Youcef Sebti | Un poeta rebelde

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Youcef Sebti (1943-1993), profesor de sociología rural, escritor y poeta. Sorprendido mientras dormía, fue asesinado cobarde y salvajemente la noche del 27 al 28 de diciembre de 1993.

Youcef Sebti (1943-1993), profesor de sociología rural, escritor y poeta. Sorprendido mientras dormía, fue asesinado cobarde y salvajemente la noche del 27 al 28 de diciembre de 1993.

 

Youcef Sebti ha sido uno de los muchos intelectuales y artistas caídos a manos del terrorismo integrista que asola Argelia. Su asesinato se integra en el designio terrible de los que quieren eliminar la diferencia y uniformar ideas, creencias y actitudes políticas y sociales. Este trabajo quiere ser un homenaje a Sebti y a todos aquellos que han sido asesinados por no renunciar a ser ellos mismos.

A menudo se le considera –incluso después de su muerte- versátil, desconcertante, incomprensible y carente de compromiso. Pero a la vez y por el hecho mismo de haber sido indomable, ¿acaso no se le reconoce también una verdadera libertad de espíritu? Youcef Sebti, poeta rebelde pese a todo, y por tanto provocador, gustaba de ir a contracorriente de las ideas preconcebidas.

El poeta

Fue también el poeta aplaudido a rabiar en julio de 1989, en Bejaïa, durante las primeras Poesíadas, después de una brillante intervención sobre la política de lenguas extranjeras en Argelia. Era una época de debates apasionados y deliberadamente obstaculizados por los retaguardistas del sistema –que se reconocían comprometidos con el advenimiento de una aparente apertura, después de los disturbios de octubre de 1988- sobre la arabización, en un contexto puramente demagógico. Su actitud de entonces no impidió que, tres años más tarde, Sebti considerara masoquistas a los que escribían en francés –él también lo hacía-, lo que dio lugar al mal entendimiento –en el plano intelectual, naturalmente- que acabó produciéndose entre él y sus colegas de pluma.

De manera decidida, Youcef Sebti no dejaba de elevar el nivel de sutileza de su visión de las cosas; lo que manifestaba en sus conferencias y declaraciones, y lo hacía además con una dialéctica perfecta. Subyugando o decepcionando a su auditorio, mostraba en cualquier caso su profunda honestidad. De tal manera que en las cuartas Poesíadas, en su comunicación sobre « La estética colonial », planteó cuestiones como ésta: « Sería necesario preguntarse por qué persistimos en meter el sol en nuestros poemas, un poco a la manera de la escritura colonial ». Consciente de la importancia del asunto, no agotó argumentos para apoyar su desarrollo. Utilizando como símbolo esa fuente de luz que brilla en el cielo azul, lanzando sus rayos por doquier, hizo una exposición crítica que fue desde la visita a Argelia de un famoso pintor en 1858 a su propia experiencia en Holanda durante los años ’70. Su discurso fue de tal manera provocador contra todos –excusarán que por razones evidentes no cite nombres- que la controversia se tornó rápidamente en batalla, aunque siempre dentro de la tolerancia y la nobleza de espíritu de los contendientes. Tahar Djaout (1), por ejemplo, que no estaba del todo a su lado, me dijo en un aparte: « ¡Él sabe defenderse bien! ».

Al día siguiente tuve la ocasión de dirigir un recital poético e interrumpí en un momento determinado el programa para invitar sucesivamente a Sebti, a Djaout y a otro poeta a que se unieran conmigo en el escenario. Entonces Youcef Sebti, más sorprendente que nunca, cogió el micrófono para rogar a Tahar Djaout que repitiera el poema que acababa de leer, pero esta vez en berebere. Tahar Djaout estuvo a la altura del desafío. ¡Qué hermosa confrontación!

El hombre

Es preciso conocer qué clase de hombre era Sebti para apreciarlo en su justo valor. He tenido la ventaja de haberlo seguido en una de sus curas de poesía, en Bejaïa. Lo hallé comunicativo, perspicaz y a la vez lleno de temperamento. Fue una tarde de junio de 1992. Siempre que le formulaba una pregunta me respondía con alguna nota de humor. Por ejemplo, a la de cómo encontraba Bejaïa en relación al resto del país, ya conmocionado por el terrorismo, me dijo exclamativamente: « ¡Esta es una ciudad humana! ». Djaout, que estaba presente, no pudo contener la risa.

Más tarde, comiendo juntos, mantuvimos un diálogo discontinuo, saltando de un tema a otro. Sobre las estructuras sociales y tradicionales de la Kabilia, Sebti me sugirió que leyera sociología rural argelina, uno de sus campos de trabajo.

Aunque nos pareciera combativo, tenaz, abstruso o fluctuante en sus ideas –de tal manera eran contradictorias a veces- y que nada en el mundo parecía que podía hacerle desistir de ellas, Sebti era al mismo tiempo receptivo a las sugerencias de los demás. Hablaba de « la unidad y la diferencia » que, en su opinión debían manifestarse » de manera tolerante y sin crispaciones ». Era su forma de ver las cosas desde lo alto, o de creer en un ideal posible.

La obra

Youcef Sebti sólo publicó un libro de poemas. El Infierno y la Locura, escrito entre 1963 y 1966 y editado en 1981. Cuando se refería a él precisaba que era una obra « con mucha juventud ». Tenía como un gusto delicado de sí mismo. A nuestros ojos fue incluso un excéntrico, pero con el mérito de provocar interrogantes profundos en sus interlocutores. Era además un espíritu libre e independiente, a riesgo de atraerse la incomprensión del público y, por consiguiente, la maledicencia de sus detractores. Su nombre debe ser lavado de cualquier imputación gratuita. El resto es literatura. ¿Quién osará negarle hoy sus cualidades intelectuales y morales? Sus asesinos desde luego no, pues ellos se dieron cuenta enseguida de quién era y lo pusieron en su lista negra, similar a la de los « irrecuperables » del III Reich.

A todas éstas, ¿cuál era su posición política? Recuerdo una larga carta, aparecida en Alger-Républicain –un periódico caracterizado por su línea anti-integrista; ¿fue por azar que se publicara en él? No exactamente, ¡más bien fue una opción!-, en vibrante homenaje al Presidente Boudiaf, que acababa de caer asesinado por la espalda.

Termino. Vi a Youcef Sebti por última vez en Bejaïa, finales de julio de 1992. Habíamos acordado que tomaría el primer tren que partía de Argel. Fue conmigo otro poeta – espero que esté vivo todavía-, con quién compartí la habitación del hotel para despertarnos al mismo tiempo. Con su ayuda pude arrancarle la entrevista que sigue, pues muy conocido por sus ocurrencias, Youcef Sebti no quería a que sus palabras quedaran registradas en cinta magnética, aunque aceptó no obstante que tomara notas por escrito. Aún ahora, cuando recuerdo esta anécdota, me sorprendo sonriendo y a continuación entristeciéndome. ¡Bendito Youcef! ¡Dieron Cuenta de ti! Te mataron cuando tenías la cabeza llena a rebosar de esperanza. Sólo que tus asesinos parecen no comprender que Argelia pertenece a « la familia que avanza ». Su nombre se escribe con tu sangre, nuestra sangre.

M. Z.-K.

 

 LA ENTREVISTA 

« Unidad en la diferencia »

« Creíamos que la liberalización iba a permitir muchas cosas, pero la verdad es que los que han sacado provecho del viejo sistema son los que seguirán sacándolo del nuevo. »

 

MOHAMED ZIANE-KHODJA : Como es habitual, he aquí que está usted presente en las Poesíadas.

YOUCEF SEBTI: Creo que ya existe una tradición, que hay ya un lugar de encuentro que preservar. El festival está en su cuarta edición y es absolutamente importante no dejarlo caer. Otro tanto hay que decir de sus organizadores, la Asociación Cultural Soummam, que tienen la voluntad de reunir voces plurales, la voluntad de hacer que la unidad y la diferencia se manifiesten de manera tolerante y sin crispaciones.

M. Z.-K. : ¿Ha tenido este festival algo especialmente destacable?

Y. S. : Las jornadas se han desarrollado en un contexto un poco particular – un mes después del asesinato del Presidente Boudiaf – y esto ha sido en cierta manera una apuesta difícil. Comparativamente a lo que viví en 1989, esta vez ha habido como una especie de cortesías mutuas entre los participantes. En 1989 las fricciones fraternalmente poéticas estuvieron más presentes. Puede ser que la situación general haya influido en el cambio.

M. Z.-K. : ¿Y en cuanto a las actividades?

Y. S. : Se han leído muchos poemas. En Kabili sobre todo, pero también en francés. No sé si la calidad ha tenido una presencia importante, pero es seguro que hay voluntad de decir cosas, de expresar y transmitir cosas. Ha habido también conferencias.

M. Z.-K. : ¿Su opinión general sobre la poesía?

Y. S. : Que se trata de la última almena a conquistar por la cultura y el arte. La poesía es lo que se encuentra al final de un largo proceso de unidades y diferencias.

M. Z.-K. : Sin embargo, la sociedad es cada vez menos receptiva al mensaje poético.

Y. S. : No lo creo. Hay un público joven marcado por todas sus aspiraciones no realizadas debido a la crueldad de la vida. Teniendo acceso a la poesía este público encontrará sin duda respuesta a algunos de sus problemas existenciales. La dificultad no está en la comprensión, sino en la publicación, es decir en la edición de la poesía.

M. Z.-K. : En lo que usted respecta, ¿es la poesía su única preocupación?

Y. S. : Cuando un arco toca varias cuerdas puede uno enriquecerse con una multiplicidad de sonidos. Yo, por ejemplo, enseño sociología rural y tengo el placer de descubrir aquí y allá aspectos constitutivos de grupos sociales distintos al mío. La crisis actual afecta también a la sociedad rural. En el plano material tiene un grave problema de recursos. Permanecen, no obstante, sus reservas culturales, a través de las cuales pueden llegar a encontrarse resortes sociales menos enmohecidos. Por suerte, tengo propensión a macerar continuamente en su jugo la cuestión cultural.

M. Z.-K. : ¿Qué quiere decir con eso?

Y. S. : Creo que en medio del trastorno general de la sociedad actual, el aspecto cultural – quiero decir, el aspecto saber o conocimiento- es primordial sobre cualquier otra cosa. En cierto sentido, la mirada sobre sí mismo es bastante determinante, pero es necesario navegar con lo que se tenga a la vista y eso no será nunca suficiente para escapar al ruido y al furor de la marea.

M. Z.-K. : Para terminar, díganos qué hace usted.

Y. S. : Enseño Sociología Rural en el Instituto Nacional Agronómico de El Harrach. Estoy especializado en Agronomía y en Sociología Rural. Hago rabiar a mi musa, pues no he publicado sino un solo libro de poemas – con mucha juventud, es cierto -. Por lo demás, tengo artículos de diversa preocupación, que sería necesario reunir. He publicado asimismo relatos cortos que quizás debería reunir también. Creíamos que la liberalización iba a permitir muchas cosas, pero la verdad es que los que han sacado provecho del viejo sistema son los que seguirán sacándolo del nuevo.

M. Z.-K. 

 

Artículo y entrevista publicados en:

  • DISENSO, revista canaria de análisis y opinión, en febrero de 1.996.
  • ASMA, revista Ayda Toulouse, en septiembre de 1.996.
  • POESIA, revista de poesía y teoría poética de la Universidad de Carabobo de Venezuela, en septiembre de 1.998.
  • LE JEUNE INDÉPENDANT, diario nacional de información – Argelia-, en febrero de 1.999.
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